Vida

Dos años. Así sin más.

Cuando uno decide hacer una pausa en su vida profesional suele ser por dos motivos:

Porque personalmente lo necesita.

Porque otros te necesitan.

En mi caso sucedieron las dos cosas poco después de la segunda edición de Scrap e máis en el 2016.

Quise alargar lo imposible por compromisos con DT´s, hasta que ya no pude más y decidí tomarme un año sabático.

Pero la vida tiene su propio criterio...Nunca he creído que nuestra vida está predestinada, al contrario, creo que simplemente las cosas suceden porque sí, o por el estrés, o porque no comes o no duermes bien, o porque otros suman problemas a tu vida solo porque no saben vivir la suya.

Sea cómo sea han pasado dos años sin que haga scrap de forma pública.

Sin actualizar mi blog, donde me expreso tal y cómo soy,

Algunas veces políticamente correcta y otras siendo demasiado clara.

Algunas veces contando cosas demasiado personales y otras veces escribiendo como si fuera un anuncio de televisión.

En un momento de estos dos años me rompí.

Lo hice a lo grande, en cientos de trozos y aún ando recogiendo pedazos para pegarlos, pero ya no puedo volver a ser la misma, ya no soy Manoli Picatua.

Simplemente soy Manuela Navarro.

Cuando uno pega una taza aunque lo haga con mucho cuidado, quedan esas marcas expuestas, son como cicatrices que curan antes por fuera que por dentro. Y durante este tiempo, mis cicatrices no han curado.

Mi mirada ha cambiado, cuando me miras bien verás la tristeza en mi interior, aunque sonría.

Mis ojeras son más profundas, aunque intente taparlas con maquillaje.

Mis manos están estropeadas, porque en este tiempo para sobrevivir y cuidar a quien me necesitaba, limpiaba portales a las 4 de la mañana.

Mis uñas están mordidas, porque la ansiedad busca una válvula de escape.

Mi boca se mantiene cerrada más tiempo, porque a veces si intento hablar solo salen lagrimas.

Me he vuelto desconfiada por lo vivido en estos dos años.

Valoro más mi tiempo, porque he sufrido lo que puedes perder en un segundo.

Así que ya no soy Manoli Picatua.

A pesar de todo lo pasado, lo sufrido y la lucha que me toca afrontar, decido disfrutar de la vida, aunque sea con ayuda, aunque haya días que me coma el mundo y otros en los que el mundo me come a mí.

Por eso grité por ayuda, ayuda profesional, porque nadie puede superar solo el cuidar de dos personas dependientes, de que esas personas dependientes sean las personas que más quieres en esta vida.

Parte de la terapia que tengo que realizar es volver a escribir en mi blog, según mi psiquiatra tendría que contar la verdad, toda la verdad, pero eso es imposible, no puedo hacer eso, mi blog no es para eso.

Por eso usaré mi blog para lo que lo creé, para contar historias, historias de páginas, de fotos, de tarjetas, de trocitos de mi corazón, pero no de mi corazón completo.

Y en esta primera entrada después de esta ausencia, publico la última tarjeta que hice antes de parar de todo.

Y termino esta entrada con el primer proyecto que realicé después de dos años, aunque seguro que si me sigues por instagram ya lo has visto.

Así que toca vivir y sobre todo soñar.