Sueños de dos

Hace mucho que no pongo una página en mi blog, aunque tengo varias pendientes de publicar, hoy quería enseñar una personal, una de esas que no son de talleres.

En pocas ocasiones pongo imágenes de mi marido y mías, no es por nada en particular, lo que pasa es que casi todos mis trabajos están orientados a mis hijas y las páginas que hago que son nuestras son demasiado personales para enseñar.
Esta página es especial, resume 21 años de matrimonio. Sí!! Llevamos 21 años casados.
La vida no nos ha tratado bien y eso se nota en nuestras caras y nuestros cuerpos... No es una excusa, es la realidad, para muestra un botón, aquí os enseño 6 fotos resumiendo estos 21 años, las tres primeras son de los 9 primeros años de matrimonio, la cuarta es la última foto que nos hicimos antes de que naciera Andrea, justo nació dos semanas después, 10 semanas antes de lo previsto. 
Esa noche envejecimos 10 años de golpe y a partir de ahí años sin dormir una noche entera, hospitales, malos diagnósticos, sustos...

A pesar  de eso los dos hemos sabido ver el lado positivo de la vida, no hemos dejado que esto pueda con nuestros sueños ni nuestra sonrisa y eso ha hecho que vivamos intensamente cada momento.

Hemos sido padres jóvenes, hemos disfrutado de la infancia de nuestras hijas y las hemos educado de la mejor forma posible a pesar de que seguro que hemos cometido muchos errores.

La foto de la página es de un día inolvidable como padres, la boda de tu hija mayor.

Cuando nos dijo que se casaba con 20 años intentamos quitarla la idea de la cabeza alegando que era demasiado joven y que le quedaba mucho por vivir.

Cuando tu hija te pone como ejemplo y te dice que tú también lo eras cuando te casaste te quedas sin argumentos, no vale decir que eran otros tiempos, yo cuando me casé sabía lo que quería. Por lo que solo nos quedaba pensar que nuestro ejemplo de vida no ha sido tan malo para que nuestra hija quiera imitarlo.

Así que esa sonrisa que veis en nuestras caras en esta página son las de unos padres orgullosos de pensar que lo hemos hecho bien.

Agradezco a Dios tener un compañero de vida como el que tengo. Gracias por acompañarme en este camino.